Filmo los cuerpos cuando se agarran y se sueltan. Los veo mirarse, buscar juntos en su rostro la huella de un infinito; “la flor ausente de todo ramo” como dice Mallarmé. Filmo cuerpos como rostros.

Se exponen, y se exponen, reclaman mi presencia benévola. Filmo las caras del amor contra la mueca universal del odio.