Journal de bord, Cali

a Cali

El viaje: extenuante, muy largo y para rematar cuatro largas horas de espera en Bogotá. Después Cali, donde me recibieron: Rafael y Leyla, su asistente; junto con Angélica, linda y aguda mujercita, mi guía durante todo este mes de octubre. Hace buen clima en la noche y bastante calor durante el día, pero está bien. Mi hotel, feo pero limpio y al menos por el momento, un estudio con posibilidad de cocinar, es bastante tranquilo. Esta mañana conocí a M.B, el director de la Alianza Francesa de Cali, un Joven amable y abierto. Algo bueno.  Cita a las diez- con el cráneo hecho papilla a causa del ‘jetlag’- en el lugar donde nos presentaremos el próximo 25. Un teatro moderno con un escenario adecuado pero poco profundo. Almuerzo a medio día con J.P, director de proyectos del Ministerio de Cultura de Colombia. Un hombre amable y cordial. Charlando alegremente recibimos a Diego, el ingeniero de luces, un chico con buena cancha y recorrido en Europa.

De repente los proyectores y el suelo empiezan a temblar. Impresionante. Cuando por fin entendimos lo que pasaba, intentamos una salida “elegante” hacia la calle. Más tarde nos enteramos que el nivel del temblor fue de 5,7 y que el epicentro se situó a 30 km de allí, en el Valle del Cauca. Tal parece que de cuando en cuando tiembla por aquí. Comida deliciosa a medio día en compañía de todo este mundito. El ambiente es bueno, yo como pescado y bebo jugo de Lulo; una fruta exótica, gustosa. 31 personas en la audición la cual manejo sin dificultad. El nivel no es muy bueno. Los bailarines tienen potencial, pero nadie les ha dicho donde encontrar la clave ni como usarla. Sin embargo, identifico 7 posibles bailarines para el proyecto. 4 chicos y 3 chicas. Mañana en la mañana continuaremos y comenzaremos con el trabajo en la tarde. Después de beber un trago en un bar de la ciudad regresamos caminando. Cali es fea y bastante pobre pero muy animada. En algunos lugares el nivel de miseria es muy alto. Se me aconseja de no salir solo en la noche y se me indican los barrios que hay que evitar. Hay mucha violencia aquí, pero con las buenas precauciones no hay problema. J.P me preguntó si le Sacre (que vio en Jacob’b Pillow hace algunos años) podría estar disponible para el festival de Bogotá en noviembre 2013…  ¿Quién sabe?

Desorientación

Ayer fuimos a pie hasta el teatro, atravesando la calles animadas del centro de la ciudad. Nada que ver con Bogotá. La desorientación aquí es total y no tengo palabras para describir a la población caleña; una mezcla asombrosa de españoles, indios, africanos; lo que da una infinidad de tonos, formas y complexiones.

Verdaderos adefesios humanos, gran riqueza que se codea con una monstruosa miseria. De vez en cuando, bellezas, ceñidas en jeans a punto de romperse, que te quitan el aliento. Ruido, gritos de sirena; una violencia urbana latente, pero al mismo tiempo una bohemia y una verdadera amabilidad.

La audición continúa y llego a la conclusión que, en el mejor de los casos, sólo podré conseguir un equipo más bien regular. Rafael y yo decidimos tomar el riesgo de cambiarlo todo. Por un lado estarán Henry y Angeli: un negro guapo y una rubia un poco mestiza, dulce y sensual (¡Dios mio, protege a tu hijo!)

Por otro lado, los tres “campesinos” (los llamamos así para facilitar la cosa) quienes viven a una hora de la ciudad, apasionados de la danza, esculpidos en madera bruta, duros y tiernos, sencillos, y aparentando una sola pieza.

¿Almas perdidas?  Una de sus improvisaciones sobre una cantata de Bach estremeció a todo el mundo.

Lo que logran hacer juntos después de algunas horas de trabajo es verdaderamente impresionante. Veremos si al final de cuentas tuvimos razón. 5 bailarines en vez de 7, lo que parece beneficiar el limitado presupuesto del proyecto. Aun estoy (durante algunos días más) bajo el efecto del “jetlag” y lucho para no irme muy temprano a la cama. Esta mañana, este querido Daniel, suena la alarma ¡a las cinco, hora colombiana! Todo va bien, ya no tiembla bajo nuestros pies y siento que voy a disfrutar el crear.

Tension en la línea

Ayer… ¡tensión en la línea! Un gato se metió en el sistema central de la red y la hizo colapsar durante varias horas. Seguro que recibió un riguroso entrenamiento en algún campo de atrincheramiento subversivo. El calor del medio día parece desencadenar en la calle un ambiente de frenesí. Nos dirigimos al Hotel Aristi, donde un salón de esta reliquia colonial se nos ha reservado para continuar con nuestro trabajo. Me mantengo alerta gracias a una cierta experiencia con las malas jugadas de todo tipo que vienen a alegrar la necesitada vida del coreógrafo contemporáneo. A la entrada del Hotel nos espera Yuri, una chica alta y morena la cual habíamos seleccionado y que se las arregló para llegar cuatro horas tarde al primer ensayo. La despedimos sin ningún remordimiento. Es aquí que viene a recriminar al lado de una criatura pelirroja y sórdida de sexo indeterminado.

Yo le expongo las cosas lo más claramente posible y mientras la discusión se prolonga con los lloriqueos esperados, siento a Rafael tensionarse ligeramente a mi lado. Al mismo tiempo, al escuchar la voz particularmente grave de Yuri, todo se aclara en mi mente: ¡Yuri es un hombre! Veo las chipas en los ojos de Rafael y mientras que Yuri se aleja renegando, nosotros damos paso a nuestra hilaridad. ¡Felicitaciones a los sagaces coreógrafos! Le recuerdo a Rafael que fue él quien había encontrado un singular encanto en la “bailarina”. Entramos en el hotel custodiado por desconfiados vigilantes (esta zona del centro es una de las peligrosas de la ciudad)

El lugar debió haber tenido un cierto encanto, pero hoy día parece más bien un mausoleo empolvado y sombrío. Prostitutas que se pavonean y hombres de dudosa reputación echados en los sofás. El famoso salón se encuentra en el segundo piso; repugnante, maloliente, lleno de columnas y espejos. Siento que mi irritación va en aumento y llamo de inmediato a M. a la Alianza Francesa. No trabajaré en este lugar. Todo el mundo se intimida un poco, pero no me importa, no hay que exagerar.  Una hora más tarde se encuentra una solución y regresamos al teatro del centro CONFANDI el cual tiene fama de estar siempre ocupado. Esto me lleva a algunos años atrás à Lagos, Nigeria, donde por poco estrangulo al director de la AF que había tenido la brillante idea de hospedarnos en un hotel miserable, un verdadero moridero.  Por fin, a eso de la tres de la tarde, pude comenzar a trabajar. Por supuesto, Los bailarines estaban desconcentrados.

Sin embargo, revisamos las diferentes secuencias. Como de costumbre, lo que ayer había surgido de manera espontanea, improvisando; hoy fue difícil de recobrar. La distancia hace de igual manera emerger nuevas preguntas y dudas… cuestión de rutina cuando se tiene un poco de experiencia. Y no podía faltar: el cliché… ¡cosa que me esperaba! ¿Es qué acaso los tres campesinos, con los cuales la cantata de Bach encaja tan bien, no serán percibidos como el estereotipo del africano presuntamente ignorante que domina la supuesta superioridad de la cultura occidental?

Y Henry, ¿el hombre africano fascinado/fascinante por la dulce y rubia Angeli cuyo cuerpo testimonia de un claro mestizaje? Más tarde, en un café, Rafael y yo hablamos y nos tranquilizamos comiendo algunas empanadas  y tomando café. Me cuenta de su exasperación de ser siempre él, el mestizo. Hijo de padre etíope y madre colombiana, sospechoso de intenciones oscuras, de racismo anti blanco y anti indígena también. Me dice: “¡es que entonces mi padre y mi madre son clichés!” ¿Qué se debe hacer? Diluir el problema de la identidad en un acuerdo conformista. ¿Desde ahora sólo hay que proyectar en la escena un trabajo limpio de asperezas? El color de la piel, la alteridad, las diferencias de cultura, la belleza, la terrible violencia… eso existe y la humanidad se desgarra y se mata bajo estos cuestionamientos. ¿No es pues nuestro deber de abordarlos de forma directa y de tomar el riezgo de interrogar? Él trabaja con africanos, es un racista oportunista. Él pone en escena bailarines de diferentes continentes; ¡Benetton!. Él viaja, se interesa por otras culturas; es un turista. Seguro que es anti-francés, lo que hace no es danza contemporánea… Clichés, ¿o no? Él no es como nosotros, nosotros tan inteligentes y cultos, la vanguardia iluminada,  los radiosos pero modestos faros de la verdadera cultura

Una cultura que se dice no-dominante pero que quisiera reducir todo a su propia verdad. De esto hablamos. El café es bueno y una fresca brisa hace agradable la tarde. Mañana será otro día y el mundo seguirá girando en la más grande incomprensión.

Algunos guerreros

La jornada de ayer fue rica en el plano laboral.  M. me invitó a almorzar. Pasamos por las instalaciones de la Alianza; una antigua casa colonial, recientemente pintada de blanco. Un lugar agradable sobre una ruidosa y polvorienta avenida. Yo sigo con mi odisea en las diferentes salas del centro cultural COMFANDI. Ayer estuvimos en el primer piso, en lo que por fin parece ser un estudio de danza y el cual se me había ocultado. Los chicos estaban allí: los tres campesinos, Christian, el líder; Javier sonriendo mostrando todos sus braques y Miguel, rollizo, receloso que me lanza miradas negras o de admiración, depende. Henry también se encuentra allí, delicado, amable y atlético; un rostro de estatua africana abierta sobre un enigma. Angeli no se encuentra hoy, trabaja como profesora. Todos son profesores de danza o tienen pequeños trabajos, aquí no hay “intermittents du spectacle” (un estatuto laboral particular de los artistas en Francia) sino una permanencia de la pobreza y del rebusque, cuestión de hombres.

Comienzo por hacerlos trabajar en el suelo. Una lenta exploración de las articulaciones, más adelante de pie y cada vez más rápido, controlando las pausas cuando la escucha y la concentración se relajan. Una hora a este ritmo. Sudan la gota gorda y me lanzan miradas desesperadas: “¿Esto no va a durar toda la tarde?” ¡Dura! Y mucho rato. Varío los ejercicios: conexión, escucha, precisión, energía, apoyo, relajamiento, liberación del cuello y la mandíbula, conciencia de la extremidades… poco a poco todo se vuelve más fluido. La música serial los empuja, el cansancio derrumba la resistencia.

Nace un cuarteto de hombres combatientes el cual no estaba buscando, pero que se impondrá posiblemente como un elemento complementario en medio de las otras secuencias. Al entrar a la sala, veo una fila de luces que iluminan el fondo del estudio justo en el lugar donde el techo de madera desciende para venir a formar una especie de tienda. Apago todas las luces y enciendo sólo la del fondo obteniendo así un efecto más bien interesante. Los chicos continúan su trabajo a contra luz, los cuerpos se sueltan. No los dejo ir. Me doy cuenta que han renunciado a toda esperanza de un trabajo menos agotador, y los beneficios del trabajo repetitivo se dejan ver.

Veo el cuerpo de Henry transformarse, se suelta completamente. Hago salir a los otros tres. El movimiento serpentea en continuo, todas las partes del cuerpo se aíslan sin esfuerzo y juegan entre ellas en un intercambio fluido y de una gran creatividad. Baila así durante diez minutos

¿Es la primera vez que bailas así?

Si maestro.

¡Me debes un millón de pesos…! 

He aquí un solo casi hecho. Algunas veces este oficio es duro y agobiante, pero al menos habré tenido la satisfacción de haber revelado algunos bailarines, algunos guerreros o algunas danzas verdaderas.

 

Teatro COMFANDI

…. Ayer, regreso al teatro COMFANDI, pero antes, fui con Angélica, mi dinámica guía  Caleña, a visitar el teatro Colombo; en realidad un pequeño auditorio donde trabajaremos la próxima semana durante algunos días. Caminamos un largo rato en la ciudad bajo un sol que aunque no muy radiante, si muy picante. La ciudad da una sensación muy extraña, en algunos momentos atravesamos largas avenidas protegidas por la sombra que dan numerosos arboles que se asemejan a grandes Acacias o que lo son de verdad; extraordinarias y enormes, cuyas ramas extendidas son como raíces que se sumergen en el árido sol.

Nueve ríos atraviesan Cali, amarillentos y pedregosos, me hacen pensar en imagines del oeste, de manadas atravesando el vado.  La contaminación es terrible, lo pequeños taxis amarillos arremeten a toda velocidad intentado espachurrar los eventuales clientes. Parecer ser que aquí, uno de los deportes nacionales de los conductores es tratar de atropellar a los peatones, quienes resignados tratan de atravesar las calles como pueden. Llegamos ilesos a nuestro destino. Los bailarines están esperando, puntuales, cosa que es bastante sorprendente a causa de la relación, bastante flexible, que se tiene aquí con el tiempo. Trabajo. Hacer y volver a hacer. Se suda. Angeli se une a nosotros. Se integra inmediatamente al grupo, pasada la primera hora, nos encontramos todos inmersos en lo que estoy buscando: una concentración colectiva propicia a dar nacimiento a objetos. El cuarteto de hombres se establece en el espacio, un trabajo de atracción más preciso dentro de la organicidad del movimiento.

Poco o mucho melodrama o sobreactuación. Cuerpos a la escucha que se activan. El dúo toma otra fisionomía, Monteverdi se eclipsa dando paso a la banda sonora de guitarra de Pink Floyd. Henry retoma su solo bajo la misma banda sonora. Baila de nuevo siete minutos de una extraordinaria intensidad. Más adelante nos ocupamos en lo que será el trabajo “colectivo” de las dos compañías; un fragmento para 12 bailarines sobre una música procesionaria española. Aquí también la estructura está casi lista. Diego, el ingeniero de luces viene a vernos. Lo que ve le conmueve. Espero que su emoción se vera traducida en un trabajo de luces preciso y apropiado. Ayer remarqué en la Alianza Francesa y gracias a los consejos de M.  el trabajo de un fotógrafo colombo-británico, Cristopher Tew. En especial una serie sobre los habitantes de Cali. Pido conocerlo para ver la posibilidad de utilizar sus fotos en un diaporama el cual vendría a cerrar el espectáculo. Diaporama, música y danza, por supuesto… Tengo una idea… Al regresar, me detengo a comprar algunas frutas de las cuales no conozco ni el nombre ni el sabor, cuestión de no dejar que mis papilas gustativas mueran en la ignorancia.

La avenida cerca del hotel es relativamente tranquila. Algunos cafés chics acogen la rica burguesía caleña al caer la tarde. Por fin tengo la impresión de haber aterrizado. Regreso a mi hotel donde sé que me espera el estruendo del aire acondicionado, el ruido de las aspas desajustadas de mi ventilador y el silencio de una cierta soledad.

El trabajo continua

El cansancio comienza a hacerse evidente, aunque los avances son notorios, queda la realidad de una situación mas o menos clara, eso creo: no me voy a quedar, los bailarines no formaran una nueva tropa… el futuro es incierto, una parte del espectáculo se fabrica en Medellín, cuyos bailarines se unirán a nosotros solamente el 22, el espectáculo tendrá lugar el 25.

Todo esto contribuye a crear un ambiente bastante extraño. Intento hacerlos trabajar sin parar, 4 horas seguidas, una pausa de 15 minutos. Necesitan ésta inmersión y por otro lado, esto nos impide no pensar demasiado en la singularidad de la aventura. Sin embargo, el ambiente es alegre.

Ayer los chicos trabajaron muy bien y llegamos a estructurar de forma bastante precisa la « procesión ».

Henry y Angeli estuvieron menos convincentes, más que todo, pienso que estaban cansados. Primera prueba de vestuario. La hermosa Lina se las arregla bastante bien.

A la salida del teatro, Angélica y yo fuimos a hacer algunas compras a Carrefour. 15 minutos de taxi para dirigirnos hacia un barrio de clase alta donde se encuentran todos los almacenes de marca. Vi muchas mujeres directamente fabricadas por la cirugía estética. Algunas generan la extraña sensación de que cierta costura invisible está a punto de rasgarse. Me cruzo con una chica irrealmente bella, jamás en mi vida había visto un ser humano parecido. Vacilo entre el placer de seguirla, cuidándome de no pisarme la lengua, o lanzarme en la primera caneca que encuentre a mi paso.

Dios no tiene piedad y nos envía terribles pruebas. Me consuelo pensado que seguramente debía estar operada por todas partes, pero… ¡no lo creo!

De regreso, en la noche, deslizo discretamente mi viejo cuerpo, poco apto a la vista, dentro del agua verde de la piscina del Itercontinental reflexionando sobre la vejez y el derrumbamiento de nuestro mundo, o al contrario. Más tarde fui a probar el turco, 58 grados. Sólo me quedé algunos minutos, teniendo cuidado de permanecer cerca del botón de emergencia, salvado del desmayo gracias a la perspectiva poco gloriosa de imaginarme siendo sacado por los pies de ésa estufa.

Los Jacuzzis estaban ocupados por algunos señores bien satisfechos. Observé el goce obsceno de los ricos y la falta de preocupaciones en esta isla de confort y de lujo rodeado por la miseria negra ¿Qué diablos hago yo aquí? Pensé más tarde al masticar mi pizza. Estas son las paradojas de mi oficio, navegar sobre los océanos de la miseria humana y a vece bailar en ella, y de vez en cuando un chapuzón en la piscina turquesa donde se bañan los tiburones. Conocí a Christopher Tew ésta mañana, el fotógrafo “gringo” el cual, los “recicladores” aun no hay podido reciclar…

 

llegada a Medellín

… Ayer, vuelo corto hacia Medellín, sólo una hora al interior de un avioncito tambaleante de Satena. Al parecer por carretera el viaje toma unas diez horas. Sobrevolamos la ciudad, reconocí los barrios sobre las lomas que se ven en la película de Barbet Schroeder. Me reciben Rafael y dos bailarines, entre los cuales estaba la bella Indira, a quien ya había conocido el año pasado en Quibdo. Tomamos un taxi para ir hacia los barrios del sur de la ciudad, donde se encuentra el lugar de los ensayos y mi hotel, El Solar, muy cómodo. Cenamos en Crepes, que como su nombre lo indica, se especializa en crêpes y pizzas.

Hay buen ambiente, Rafael está bastante relajado. Rafael y su tropa viajan a Fortaleza, Brasil, entre el 15 y el 22, hay algo que me intriga ¿En qué momento van a  trabajar sobre el proyecto? Rafael me dice que ha creado dos fragmentos de 10 minutos los cuales voy a descubrir  hoy mismo. En lo que a mí respecta, considero que es un poco a la ligera, pero con un poco de distancia me digo también que eso no es mi problema ¡aunque si lo sea en cierta medida!

Disfruto mi trabajo pero al mismo tiempo mido la dificultad de gestar en 4 semanas algo digno de mostrar con bailarines no profesionales. No se puede ser más realista que el rey y tratar de disfrutar de los aspectos positivos de la aventura. Medellín es más moderna y más limpia que Cali, con una población más blanca y aparentemente más rica. Todo está construido en ladrillo rojo. Pese a las afirmaciones de Rafael aquí también la inseguridad es grande, y aunque a las siete de la noche fuimos a pie hasta el restaurante que queda a algunas cuadras del Solar, para el regreso tomamos un taxi. La mañana del día anterior en Cali, fue consagrada a un ensayo, un poco truncado, en un extraño lugar; el dojo del Centro Cultura Colombo-Japonés.

Angeli no se encontraba con nosotros, agotada por el exceso de trabajo. Christopher, como siempre, un poco tímido y simpático vino a tomar algunas fotos, los chicos bailaron más o menos. Lina llegó tarde con un vestuario de colores vivos el cual no pudimos probar.

¡Día perdido

Medellín

Hablamos, al parecer ha hecho lo mejor posible. Para no perder tiempo le propongo que trabajemos en la formación de los bailarines, todos ellos muy simpáticos y al parecer originarios de barrios pobres. Al siguiente día nos encontramos a las 3 de la tarde. Pasaron toda la mañana comprando el vestuario. El día anterior tuve algunos presentimientos y tomamos el riesgo de comenzar de nuevo. Me lanzo a la pelea con “Guerre” sobre una música medieval, muy bella. Dura seis minutos los cuales concluyo en una hora y media. Para “Amor”, utilizamos “música de aplanchar”, un conjunto de éxitos más o menos pasados de moda. Las cosas marchan sobre ruedas, consigo 14 minutos bien logrados.  Son las siete de la noche.

Todo el mundo esta encantado, los bailarines asombrados pero felices.

Pienso que las dos secuencias se sostienen. Se necesitarían una buena semana de trabajo intenso y dos de formación igualmente intensa para ser presentados dignamente. Espero que sea suficiente.

Pues si, pues si…

Yo mismo me sorprendo. Más joven creo que hubiera estado muerto del susto. Todo esto no altera mi buen humor. Me encantó conocer Medellín y algunos paisajes vistos en el cine. Pienso que voy a crear algunos buenos fragmentos y que al fin de cuentas, en Medellín salimos del paso.

En Cali

…. Jornada tranquila en Cali. Llegué ayer por la noche sin ninguna dificultad luego de un viaje tranquilo al lado de una mamá embutida en un top estampado en tela de patera con una malla transparente en la espalda. Al  despegue y al aterrizaje ella se persona frenéticamente, los piececitos del niño Jesús rebotaban en sus enormes senos.

Bueno,  está bien ¡Crucifíquenme!

Nadie trabaja hoy, Colombia celebra la fiesta del descubrimiento de América, eso creo. Fui a correr un poco esta mañana a lo largo del río, cruzándome con los asiduos, hombres con ligero sobrepeso y falta de aliento, como yo. Mujeres perseguidas por los años, algunos jóvenes deportista sin esfuerzo aparente, pobres paseando a los perros de los ricos, una cincuentona corriendo con los brazos en forma de cruz, crucificada por el dios “Jogging”; un abuelo flacuchento que a duras pena trotaba, seguido por su mujer que camina y me lanza un “hola” jovial como si los dos hiciéramos parte del mismo equipo (eso no va a tardar), algunos desamparados que lavan sus pertenencias en el río maloliente, carros, taxis amarillos, jeeps transportando decenas de pobres diablos apretujados…

Descanso, leo, escribo, me como algunas frutas esperando el momento de pánico alimenticio que pronto llegará. Ésta noche, como cada noche, iré a nadar el las aguas llenas de cloro del Intercontinental y mañana iré a hacer de creador, si el Creador lo permite…

 

Lluvias tropicales

Un imbécil te derrama encima baldados de agua sin parar. Hace frio, ¡24 grados!!! Espero el taxi. Me pregunto si no sería buena idea tener una versión en español del diario, voy a publicar sin parar. Vamos, ¡me lanzo al agua! Como de costumbre, las cosas se aceleran justo antes de la “première”. Ayer fue una jornada muy ocupada con una cita a las ocho y treinta de la mañana en la Alianza. Chistopher llega con media hora de retraso. Llueve y todo esta inundado, lo que provoca rápidamente grandes trancones. El diaporama es estupendo.  Un intenso trabajo el cual es exaltado por el cuarteto de cuerdas de Dvoráck. M. me dice que habrá que esperar reacciones de la burguesía local, pues… mucho mejor. Todas las danzas están listas, los bailarines también, tanto como pueden.

Hice lo que pude y que pase lo que ha de pasar, yo no podía hacer nada más a lo que estará en escena. Algunas debilidades, por supuesto, algunas decisiones a falta de mejores opciones… pero en conjunto todo debe funcionar. Anteayer, a Eider le robaron su celular justo al lado del teatro: “¡Quieto! ¡Celular¡ le dijo el chico apuntándole con una automática en el estomago.

 

Repentina aceleración del tiempo.

Chistopher se fue para Inglaterra. Nos prometimos vernos, llamarnos, posiblemente trabajar juntos en una de sus exposiciones. Tuve hacia este joven una simpatía espontanea. Es valiente, sincero, inteligente y le importa un pepino su apariencia así como la de los otros. Cualidades estas que no deben facilitarle las cosas en el mundo de la cultura donde por lo general se es: cobarde, hipócrita, con complejo de superioridad y esclavo de las apariencias.

La semana pasada se liaron los diferentes fragmentos y sobre todo se establecieron de una forma apropiada para mí y accesible para los bailarines. Henry continua produciendo chispas. Pareciera que definitivamente ha encontrado su espacio de libertad. Todas sus improvisaciones son precisas, sólo tengo que empujar con pequeños toques  hacia los lugares donde sé que él dará lo mejor.

Con Angeli es más complicado, ella en pocos días ha tenido que aceptar y abandonar el caparazón de la formalidad de la danza clásica para ir a buscar en lo profundo, lo esencial del gesto. Varias veces estuvo al borde de las lágrimas pese a todo el arsenal de diplomacia que desplegué. Su dúo sobre el desgarrado “Volveras” de Buika ya está estructurado. Se escribió en una decena de ensayos, durante los cuales Henry demostró una paciencia a toda prueba y Angeli una trémula valentía

Terminé escribiendo el trio de tres minutos para los tres chicos. Javier y Eider, en especial este último, son sin duda muy blandos para superar esta prueba. Eider, aunque lo disimule bajo un aire de seguridad, fue desestabilizado por el ataque del cual fue victima. Sabe que estuvo cerca de la muerte. La violencia, la cual permanece alejada gracias al trabajo en el estudio, se nos presentó de una forma brutal.

Como era mi intención desde un principio, utilicé dos movimientos de Monteverdi. Escribí de A a Z una línea clara, la cual logran interpretar bastante bien. Seguido, el dúo de Christian y Henry, el cual está menos estructurado y con el inconveniente de levantadas y enganchadas capturadas en un movimiento lento de incesantes espirales. Henry está dotado de una fuerza colosal. Sentado, sentado en medio-sastre, sosteniendo los 80 kilos de Christina en sus brazos. Se levanta ágilmente cargando consigo a Christian de forma tan sencilla como si se tratara de un bebé. El vestuario esta casi listo,  pienso que es bastante acertado, aunque fue difícil de encontrar como vestir la opulenta silueta de Angeli

Ella ha sido traumatizada por su formación de danza clásica y se sueña delgada y sin formas. Hablé largo rato con ella tratando de hacerle entender como podía lograr un cierto abandono, como podía suavizar un poco el terrible e imperioso ojo que la observa y la juzga en permanencia. “Toma el riesgo, de mirarte, ellos se acostumbrarán” dice René Char.

Es inquietante el constatar una vez más, hasta que punto mujeres jóvenes y hermosas se juzgan de manera tan engañosa y despiadada. M. y su esposa me invitaron a cenar esta noche. Comida “muy deliciosa”. Su amistosa compañía me hace bien. Angélica lucha contra viento y marea para que todo salga bien. Pareciera que nada la cansa. Ella también baila y busca desesperadamente una salida. Viéndola filmar uno de los ensayos, me digo que podría ciertamente ser una buena realizadora. Lina, la encargada del vestuario, joven mujer, sensible, de extraña belleza también es bailarina. Muchos aquí desearían consagrar sus vidas a la danza, al arte, pero no pueden hacerlo a causa de la situación. El Ministerio de la Cultura intenta verdaderamente desarrollar la danza, especialmente la danza contemporánea (como prueba, el proyecto que estoy realizando aquí)

Espero poder hablar con los responsables culturales y decirles lo que pienso. Aquí, como en otros lados, el problema no es la falta de talento, sino la casi inexistencia de una estructura suficiente y bien pensada. Esta mañana llueve. Mi salida a trotar puede esperar. Ayer por la noche comencé a releer el Sexus d’Henry Miller. Me vi en el barco haciendo el trayecto Dakar- Marseilla, hace ya más de cuarenta años. Mi expedición desde el fondo de la caleta, la cual compartía con otros inmigrantes y algunas agiles ratas, hasta el puente de primera clase, que se abrió a mí sin mucha dificultad gracias a mi blanca piel. Sus lujos, su biblioteca, el asombroso descubrimiento de Henry Miller y la turbación que le siguió. Hoy, son menos los pasajes eróticos que devoro, sino aquellos donde habla de la escritura ¡Qué talento! Y que bien hace ese talento. El espectáculo será pronto. La prueba de la mirada del otro, el éxito esperado,  las inevitables frivolidades, la pequeña depresión post-parto, y el vuelo hacia otros horizontes con la sensación, una vez más, de haberlo perdido todo o casi, pero pese a todo, haber dicho si.

Los de Medellín llegan esta noche. No habrán trabajado ya que una parte regresa apenas de una gira en Brasil. Vamos, ánimo, otras hemos visto…

 

Durante los ensayos, me rodea el equipo: Angélica, Lina, Diego, algunas veces Carolina, Matthieu; quien sigue todo desde lejos desbordado de trabajo y el director de CONFANDI que muy discretamente se deja ver de vez en cuando… Los bailarines están encantados, aplaudidos por los otros son desde ahora actores de la ventura, el viento de la amistad sopla agradablemente. Los de Medellín están un poco desorientados, pero preocupados por hacerlo bien, aunque necesariamente les falta todo el trabajo realizado con los caleños. Reflexiono acerca de nuestros diferentes enfoques y sobre lo complejo que es juzgar el trabajo del otro.

En mi caso, esto se traduce en reacciones opuestas: de rechazo, o bien de profundo desinterés a eso que considero verdaderamente malo; de la admiración  cuando es verdaderamente bueno. He aprendido a relativizar mis juicios después de haber visto como se premiaba aquello que yo consideraba como una aberración ¡Hay gustos para todo! Es posible que la crítica despiadada que hago permanentemente de mi propio trabajo me protege un poco de mi arbitrariedad y de mis desconsoladas reacciones. Estoy condenado a luchar sin descanso para alcanzar mi propio respeto y para aceptar la vida, con sus injusticias a veces, tal como venga.

Dicho esto, hay de todas formas muchos artistas improbables que circulan es carruajes dorados y que batallan con sable y espada pavoneándose en los teatros del mundo…  ¡Así es la vida! Aquí se está trabajando, en todo caso yo y los bailarines, Diego, Lina, y Angélica y Carolina… todos en el mismo barco. En ésta clase de aventuras, me he dado cuenta que siempre hay alguien que no hace gran cosa, ya sea porque no da la talla o por que decidió hacer el mínimo esfuerzo. Estos seres me hacen pensar en esos pasajeros enfermos que no soportan la travesía; tienen mal aspecto y se parecen a esos camaleones, que aunque bien camuflados en el paisaje, dejan ver dos ojos inquietos que giran desorbitados. No me preocupo mucho por ellos, se las arreglaran saliendo de su escondite y con su lengua bien estirada atraparán a distancia y sin correr ningún riesgo, las migajas del festín.



Dentro de un rato, a la una de la tarde, debemos trabajar para realizar la cuadratura del círculo con los 34 proyectores para las 8 diferentes ambientes y estar listos para las ocho de la noche. Ya no puedo esperar a que el espectáculo tenga lugar, poder regresar de nuevo a la vida normal y que la obsesión cese un poco.

Ayer, ¡Todo fue un éxito ! un honorable público dentro de la pequeña sala del auditorio, pero sobre todo, la presencia de personalidades de la cultura colombiana, entre los cuales se encontraba la Directora de la Cultura del Ministerio. Muchos aplausos, debate con los asistentes, en español por favor y mutuas felicitaciones. Derrame de amistad con los bailarines. Los tres bailarines de Guachené me abrazan, yo me emociono. En pequeño grupo vamos a cenar a Azul, la ocasión de degustar un delicioso  Malbec y conversar al mismo tiempo con JP quien vuelve a proponerme un “Sacre du Printemps” para noviembre 2013. Mañana debemos volver a vernos. Entre las personalidades se encontraban: la Directora de Artes, la señora Guiomar Acevedo; la cual parece haber sido conquistada, la directora del gran Teatro Jorge Isaacs de Cali… T. y M. quienes estaban encantados. Esto me da mucho gusto. Ellos lucharon por este proyecto y siempre me apoyaron. Rafael se fue rápidamente, después del espectáculo, nos despedimos en buenos términos. Públicamente reconocí todo lo bueno que pensaba de nuestro trabajo en común pese a la distancia entre nuestras dos ciudades de residencia, Medellín y Cali, esto fue, pienso yo, una forma bastante elegante y sincera de evidenciar los limites y la complejidad estructural del proyecto.

El espectáculo se va a presentar en noviembre, en el marco del festival de danza de la ciudad y sin duda en Medellín en 2013. Por otro lado, con gran placer me entero que el ministerio ha decidido que se hará una gira por las ciudades de origen de los bailarines, lo que garantiza una continuidad interesante del proyecto. De regreso a mi hotel, a eso de la media noche, saboreo mi éxito y sin poder dormirme inmediatamente pienso de nuevo en todo aquello que descubrí durante este mes de intenso trabajo: los bailarines por supuesto, Angélica, “mi guardaespaldas”; mujercita valiente y decidida, Lina; la bella diseñadora, Diego; el bonachón que realizó las luces con más de treinta proyectores, citando al mismo tiempo a Brecht, subrayando en rotundos “Hijueputas”. Como dice la canción de Buika sobre la cual Henry y Angeli bailan… No fueron tan malos algunos momentos…

27/10

Último día en Cali. Anoche, una deliciosa cena; Mero, en el restaurante Quijote cerca de la casa de M. Cenamos en terraza con M. su esposa y T. La noche estaba agradable y al ritmo de la conversación nos echamos unas Caipiriñas: una mezcla de cachaza- alcohol brasileño- con zumo de limón, y dos botellas de Malbec. Por  la mañana M. y yo pagamos penitencia yendo a correr a orillas del río o se puede decir más bien que sacamos a pasear nuestra resaca.

Hago las maletas y preparo mi viaje de regreso. Por la tarde me reúno de nuevo con JP en “Lugar a dudas”, un centro de arte contemporáneo donde conocí a Oscar Muñoz, su director y gran artista plástico colombiano. Abordamos el tema de la creación del “Sacre” en el marco de la próxima bienal en Cali en 2013, la cual sólo aceptaré si las condiciones están reunidas. Por la noche, salsa con los diplomáticos. Fuimos a El Habanero, una discoteca más bien familiar que toca salsa cubana. En la pared al fondo, un inmenso afiche de Celia Cruz sonriente. Súper cursi, un sonido estruendoso y botellas de ron sobre la mesa. Estoy exhausto, lucho contra el sueño al mismo tiempo que observo las parejas que se menean sobre la pista de baile iluminada por luces multicolores. Una joven canta y baila, un hombrecito aprieta a una enorme mujer, otro, calzado con zapatos de charol de dos colores, abraza ágilmente a una morenita regordeta embutida en un body morado que hace piruetas subida en altos tacones negros que dan la impresión de apenas rozar el suelo. Muchas pajeras de edad madura bailan con una seriedad casi sacramental. Un hombre alto, con cara de contable, sostiene con la punta de los dedos a una mujer de expresión grave, casi triste ¿Qué cosa celebran así? Lejos estamos de los cuerpos acalorados al rojo vivo y de los desfiles sexuales de algunas parejas. 

Lo que mantiene a éstos dos en la pista, tan dignamente orgullosos, tiene que ver seguramente con la esencia de la danza y su lado más ceremonioso. De eso se trata, de una ceremonia que festeja, con una grave tranquilidad y con un ritmo demente, la vida, sus vidas…

Cali y el fin

28/10

Aeropuerto de Cali. Abordando hacia Bogotá y luego hacia París. T. también viaja. M. vino a saludarnos por la mañana y Angélica, fiel hasta el último momento, se esfuerza por facilitarme los trámites. Nos tomamos una última foto espalda contra espalda y prometemos vernos pronto. Me doy cuenta de la suerte que tengo, toda esa amistad recibida, el trabajo realizado, la honestidad y la profundidad del proyecto, el descubrimiento de Colombia, su violenta belleza, sus riquezas, sus miserias, y los apasionantes seres que la pueblan. Miro hacia el cielo, hoy esta límpido y pronto voy a suspenderme en el azul antes de reunir con los míos. El sol empieza a calentar a Cali y a su frenética vida. Allá arriba, sin que yo la pueda ver,  sé que brilla mi buena estrella…

Heddy Maalem,

Cali, octubre de 2012